George Harrison siempre ha sido uno de mis compositores favoritos. Tal vez deba achacárselo a mis padres, quienes me hicieron escuchar la música de los Beatles aún antes de haber venido al mundo. Y es que mi querida madre posaba aquellos enormes auriculares sobre su vientre, como queriendo compartir conmigo los sentimientos que le provocaban algunas de sus canciones. No nos habíamos mirado a los ojos todavía; de hecho, ella no tenía ni idea de qué sería, si niño o niña, pero de algún modo sabía que a Harrison le entendería.
Acompañando a While My Guitar Gently Weeps, he querido recoger el análisis que sobre ella lleva a cabo el periodista Ian MacDonald en su maravilloso libro Revolución en la Mente, que dedicó precisamente a eso: cada una de las canciones que los Beatles llegaron a grabar en estudio queda diseccionada, tanto desde el punto de vista musical como desde perspectivas biográficas, sociológicas o meramente anecdóticas, de ese hermoso y sorprendente modo en que un experto en la pintura de Velázquez nos mostraría su Inocencio X, descubriéndonos una nueva dimensión en la cual poder disfrutar de cada uno de los pequeños matices capaces de convertir una canción en toda una leyenda (tal vez, en parte de esa leyenda que es nuestra propia vida).
Acompañando a While My Guitar Gently Weeps, he querido recoger el análisis que sobre ella lleva a cabo el periodista Ian MacDonald en su maravilloso libro Revolución en la Mente, que dedicó precisamente a eso: cada una de las canciones que los Beatles llegaron a grabar en estudio queda diseccionada, tanto desde el punto de vista musical como desde perspectivas biográficas, sociológicas o meramente anecdóticas, de ese hermoso y sorprendente modo en que un experto en la pintura de Velázquez nos mostraría su Inocencio X, descubriéndonos una nueva dimensión en la cual poder disfrutar de cada uno de los pequeños matices capaces de convertir una canción en toda una leyenda (tal vez, en parte de esa leyenda que es nuestra propia vida).
Podéis escuchar y/o descargar la canción accediendo al Chinchibox:
http://www.box.net/shared/poucrz5c8s
<136> WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS (Harrison)
Harrison voz doblada, coros, guitarra acústica, órgano Hammond; McCartney coros, piano, órgano, bajo de seis cuerdas; Lennon guitarra solista; Starr batería, pandereta; Eric Clapton guitarra solista.
Grabada el 25 de julio, 16 de agosto, 3, 5 y 6 de septiembre de 1968, Abbey Road 2.
Productor: George Martin. Ingeniero: Ken Scott.
Edición en el Reino Unido: 22 de noviembre, 1968 (LP: The Beatles).
Edición en los EE.UU.: 25 de noviembre, 1968 (LP: The Beatles).
En su versión final, WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS es una aventura más en el idioma heavy (ver <134> HELTER SKELTER); pese a que, como la mayoría de canciones de The Beatles, fue compuesta en su mayor parte en la India con una guitarra acústica, y al ser grabada en Abbey Road, el 25 de julio, se tocó de esta manera, sin ningún otro acompañamiento (publicada en Anthology 3, esta versión incluye una estrofa más). Al hablar del interludio de Rishikesh, Donovan ha recordado que enseñó a Lennon un estilo de arpegio que éste utilizaría luego en <143> DEAR PRUDENCE y <156> JULIA; una técnica tomada de los guitarristas de folk de Edimburgo con los que Donovan aprendió a tocar (ver <128> BLACKBIRD). Si bien no hay rastro de estilo finger-picking en las versiones grabadas de WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS, es posible que lo hubiera al principio, ya que Harrison debía de darse cuenta de que Lennon estaba aprendiendo un nuevo estilo. (Si Donovan le enseñó la técnica utilizada en el famoso instrumental folk de su amigo Davey Graham, "Anji", es posible que Harrison desarrollara a partir de éste WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS. Ambas están en La menor y presentan líneas de bajo descendentes, aunque la de Harrison sea cromática, cambiando la secuencia, y la técnica de "Anji" no se reproduzca.) (La versión descartada está en Sol menor. No está claro si fue escrita así o bajada de tono por Harrison para poderla cantar más fácilmente. (<73> THINK FOR YOURSELF está en Sol menor-mayor.)
Descontento con el primer intento -probablemente por pensar que su voz quedaba demasiado expuesta- Harrison tardó treinta y siete horas, incluyendo dos repeticiones, para conseguir lo que quería. Durante este tiempo, los Beatles recibieron una de las primeras mesas de ocho pistas utilizadas en Gran Bretaña y dedicaron dos sesiones a una versión que más tarde desecharon (Pet Sounds, de los Beach Boys, fue grabada en un ocho pistas, y Motown llevaba utilizándolo desde 1964. Las primeras grabaciones de éxito grabadas en ocho pistas las realizaron los Coasters en 1958 ["Charlie Brown", "Yakety Yak"], producidas por Tom Dowd en los estudios de Atlantic en Nueva York). Harrison, que se había pasado ocho horas intentando en vano conseguir un efecto de "llanto" en una pista de guitarra hacia atrás, no encontró la solución hasta el quinto día de trabajo en la canción cuando, mientras conducía por Londres con su viejo amigo Eric Clapton (se conocieron en 1964 cuando Clapton, entonces en los Yardbirds, compartió cartel con los Beatles en varias ocasiones), le invitó a tocar el solo de guitarra. Clapton estaba entonces con Cream, el grupo de blues-rock más pesado del Reino Unido, pero aún así su estilo encajó en la versión final de WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS, que para entonces había ganado notablemente en peso. Utilizando su Gibson Les Paul de color cereza para conseguir el plañidero tono sostenido, Clapton sugirió "fluctuarla" con ADT para hacerla sonar menos a blues (al terminar la sesión, Clapton regaló a Harrison esta guitarra [llamada Lucy en homenaje a la Telecaster de Albert Collins, del mismo nombre]. Éste la utilizó a continuación en <135> SEXY SADIE, <133> CRY BABY CRY, <170> SOMETHING y gran parte de Abbey Road [incluyendo los claptonescos punteos de <180> THE END]).
La letra, característicamente acusatoria, escrita tras regresar de la India, tuvo su origen en uno de los muchos impulsos fortuitos a los que recurrían los Beatles en aquella época, cuando Harrison encontró por casualidad la frase "llora suavemente" en un libro. Pese a ser significativas, las cuádruples rimas internas de la parte intermedia son artificiales y pedantes, y en conjunto, el tema rezuma una intimidante autoimportancia que pronto se hace pesada. Más adelante popular en los conciertos, WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS encierra, en su laboriosa secuencia, la exageración y el lento índice de cambios armónicos típicos del rock. Los enérgicos tópicos del pop aquí se ven suplantados por una sosa grandiosidad que profetiza la simplificada música para estadios de los años setenta y ochenta.
Ian MacDonald (1948-2003)
Fragmento del libro Revolución en la Mente (edición revisada de 1997)
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