31 de mayo de 2009

Dones

Carta representando al Mago en el Tarot de Ámbar.

I
(Con marzo)

LO que antes era exacto ahora no encuentra
su sitio. No lo encuentra y es de día,
y va volado como desde lejos
el manantial, que suena a luz perdida.
Volado yo también a fuerza de hambres
cálidas, de mañanas inauditas,
he visto en el incienso de las cumbres
y en mi escritura blanca una alegría
dispersa de vigor. ¿Y aún no se yergue
todo para besar? ¿No se ilimitan
las estrellas para algo más hermoso
que un recaer oculto? Si la vida
me convocase en medio de mi cuerpo
como el claro entre pinos a la fría
respiración de luna, porque ahora
puedo, y ahora está allí... Pero no: brisas
de montaraz silencio, aligeradas
aves que se detienen y otra vez
su vuelo en equilibrio se anticipa.

Lo que antes era exacto, lo que antes
era sencillo: un grano que germina,
de pronto. Cómo nos avanza el solo
mes desde fuera. Huele a ti, te imita
la belleza, la noche a tus palabras
-tú sobre el friso de la amanecida.
¡Y que no pueda ver mi ciudad virgen
ni mi piedra molar sin golondrinas
oblicuas despertando la muralla
para saber que nada, nadie emigra!

Oh, plumas timoneras. Mordedura
de la celeridad, mal retenida
si el hacha canta al pájaro cercenes
de últimos bosques y la tierra misma
salta como los peces en verano.
Yo que pensaba en otras lejanías
desde mi niebla firme, que pensaba
no aparte de la cumbre, sino encima
de la ebriedad. Así... ¡me bastaría
ladear los cabellos, entreabrir
los ojos, recordarte en cualquier viña!
Rugoso corazón a todas horas
brotando aquí y allá como semilla,
óyelo bien: no tiemblo. Es la mirada,
es el agua que espera ser bebida.
El agua. Se entristece al contemplarse
desnuda y ya con marzo casi encinta.
De qué manera nos devuelve el eco
las nerviaciones de las hojas vivas,
la plenitud, el religioso humo,
el granizo en asalto de avenidas.
Algo hay que mantener para los tiempos
mientras giren las ruecas idas. Idas.
Ah, nombradla. Ella dice, ella lo ha dicho.
¡Voz tanteando los labios, siendo cifra
de los ensueños! Ya no de esta bruma,
ya no de tardes timoneras, limpia
del inmortal desliz que va a su sitio
confundiendo el dolor aunque es de día.


Claudio Rodríguez (1934-1999)
Don de la Ebriedad (1953)


And now, something completely different: la canción Don, de la banda argentina Miranda!. Este otro "don" constituye el segundo corte del segundo álbum del grupo, titulado Sin restricciones, y editado en 2004. El disco fue producido por Eduardo Schmidt y Pablo Romero, mezclado en los estudios Panda de Buenos Aires y remasterizado en Los Ángeles, Estados Unidos, por Tom Baker.

Podéis escuchar, descargar y/o compartir la canción accediendo al Chinchibox:


El último de los dones es el propio: la suerte. El pasado día 31 de Mayo sufrí otro accidente de moto y, una vez más, salí relativamente ileso.

¡Muchas gracias, Lea, por la herradura!

Besos; os quiero.

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