Smoking Room es el tipo de película que me gusta ver, ya sea en el cine o fuera de él. Y es que nunca ha dejado de atraerme explorar la carga psicológica, antropológica, que cualquier conversación, por banal que pareza, en el fondo posee. Eso es, al menos en parte, lo que regala al espectador este cuidado film: la dimensión, la distancia, la elucubración.
Dirigida en 2002 por el catalán Roger Gual y el argentino Julio D. Wallovits (acreditado como J. D. Wallovits), procedentes ambos del mundo de la publicidad, la película fue producida por El Sindicato, Ovideo TV, Estudios y Servicios de Empresa, y Planeta 2010. Fue la opera prima tanto en el caso de Gual como en el de Wallowits, y por ella ambos obtuvieron el premio Goya a la mejor dirección novel.
Os dejo aquí una escena (poco más de ocho minutos) en la que Eduard Fernández y Manuel Morón ofrecen una lección magistral de interpretación, un buen ejemplo del talento dramático presente todo a lo largo de la película, y que echa tanto de menos el señor Borau:
Personalmente, creo que al cine español le sobran muchas más cosas de las que le faltan.
Recuerdo que, en la primera edición del festival Átalo en Corto, celebrado en San Lorenzo de El Escorial en 2006, pude ver un cortometraje de Jorge Izquierdo, titulado El Mecánico de Raïkkonen (2005), que me trajo a la memoria el film de Gual y Wallovits. Si alguien averigua el por qué, por favor, que me lo diga:
Espero que os hayan entretenido. Un abrazo, y hasta pronto.
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